...Y yo me pregunté: ¿Qué es mi pueblo?
Mi pueblo es una fuente de diversión, mi pueblo son tardes frías de invierno con las calles solitarias y los bares con gente que acaba de salir del trabajo, mi pueblo son días de verano repleto de personas con camisetas de mangas cortas y bermudas o pantalones piratas que pasean por la calle haciendo planes para la noche, mi pueblo somos nosotros alegres en las fiestas de Julio y de Febrero, lo más importante, mi pueblo es el pueblo de quien se siente del pueblo, no de quien dice ser del pueblo.
Me olvidé de todo y me dejé llevar...
Ahora estoy aquí, en mi pueblo, en mi casa, sentado frente al ordenador, haciendo un trabajo de la asignatura de lengua, dejándome llevar por lo primero que se me viene a la cabeza...y me olvidé de todo, y lo primero que se me viene a la cabeza...es nada.
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1 comentario:
Me parece muy evocador, pero al final, por si acaso, te sale la vena nihilista. Mejor aferrarte a las cosas, que caer por la pendiente de la nada, que siempre es más estirilizante que una actitud positiva y las ganas de hacer cosas. Muera la abulia.
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