Debía de ser un juego bastante divertido. Antes de cada soplido se podían hacer apuestas y después alguien pedía un momento de silencio. La gente se callaba y a continuación, casi enseguida, estallaban las risas, los aplausos.
Yo no me acuerdo muy bien ya que era muy pequeña yo, pero de esas cosas nunca me podré olvidar fácilmente.
Mi madre me acostaba temprano, decía que yo era muy pequeña para estar a esas horas levantadas y además que ya tendría suficiente tiempo para jugar algún día con ellos.
Me leía un cuento, y yo me hacía la dormida, ella me arropaba bien y me daba un beso en la frente antes de salir de la habitación, de eso tampoco me podré olvidar.
Cuando empezaba a oír las risas, los gritos….yo me desplazaba ligeramente hacía la escalera, y ahí me quedaba inmóvil, intacta, agarradita a mi oso de peluche y observaba todo lo que estaba pasando. M e quedaba fijamente mirando a mis padres y a sus amigos como jugaban en el salón al pie de la chimenea, y el fuego al rojo vivo. Todo parecía magnifico, y yo me reía con ellos sin que ellos se enterasen de que les estaba observando, todos disfrutaban y se lo pasaban bien.
Mi tío Gerrad siempre miraba hacía la escalera y siempre me pillaba mirando, y le susurraba algo al oído de mi madre que ella miraba también a la escalera y yo ponía una gran sonrisa y me iba corriendo a mi habitación.
Yo metida en la cama oía los pasos de mi madre que se dirigían hacía mi habitación y entraba en ella, me sonreía y me tapaba otra vez y se quedaba haciéndome acaricias hasta que me quedaba dormida.
Así es como recuerdo yo cada fin de semana de Diciembre y nunca se me olvidará.
1 comentario:
Enorme cambio en la cantidad de faltas de ortografía, infinitamanete que en otros textos; espero que co tinúe así. Corrige sólo: como jugaban.
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