Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas, pero sí muchos recuerdos y historias muy bonitas.


Estas casas viejas conservan la arquitectura tradicional rústica y medieval, hechas de piedra, adobe y viga externas trenzadas, que hacen que las casas modernas desentonen un poco sin valor arquitectónico.
Cuando llegan las vísperas de las fiestas y de verano estas casas se enjalbegan con amor y humildad, abren sus puertas a todos los que se acercan a ella; veraneantes y vecinos. Muchas puertas de estas casas viejas suelen estar cerradas todo el año, en verano,navidad,semana santa y algún que otro puente, da gusto ver todas las casas con las puertas abiertas, las luces encendidas por las noches y la alegría de toda la gente.
1 comentario:
Bian, quizá un poco corto. Nos hubiera gustado saber alguna de esas historias que guardan las casas viejas. Tu texto resulta como una pequeña introducción. Corrige si, rustica.
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