Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 17 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 24 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 1 de mayo: Rosas de piedra.
B, 8 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 15 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 22 de mayo: Los lunes.
A, 29 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 5 de junio: Nunca estuve aquí.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Howahani



Había una fogata en la playa, no muy lejos, poco después de los barcos, y a su alrededor, en el resplandor rojizo, podía verse un pequeño grupo de personas que miraban hacia el fuego, de espaldas a la oscuridad.
Estaban celebrando una fiesta, oían música, bebían con desenfreno y bailaban poseídos alrededor del fuego. Si se pudiese decir que hubiese un líder en el grupo, ese era Michael; todos los chicos del grupo lo respetaban y oían fielmente lo que tenía que decir y las chicas se reían con él.
Michael era un joven de unos treinta años, de pelo largo y castaño que había crecido en las playas californianas; su pasión y su vida eran las olas. Por cierto, lo que no os había contado es que Michael es un surfista profesional, había cabalgado sobre las olas más grandes y furiosas que se pudiesen imaginar, pero estaba buscando “La Ola”. La ola es lo que todo surfista busca en la vida; la ola es lo que siente un drogadicto con su primer colocón, la ola es adrenalina pura inyectada en las venas, la ola es poder controlar lo incontrolable, y Michael lo buscaba. Esta ola era llamada por los surfistas por el nombre hawaiano de Howahani, la gran ola.
-Chicos, chicas, hacía tiempo que esperábamos que apareciera una Howahani, y desde hace unas semanas hay indicios de que se acerca una. Yo lo noto y los perros viejos- así es como los surfistas jóvenes designan a los surfistas más viejos y experimentados- rumorean que hacía mucho tiempo que no se acercaba una y que ya tiene que venir.
-¡Si!- decía uno, eufórico.
-¡Hurra!- dijo otro.
-¡A por ella!- decían los demás.
-¡Silencio, silencio!- dijo Michael agitando los brazos de arriba a abajo.- Sabéis que las grandes olas, olas como las Howahani solo se producen en Hawai en épocas de huracanes- hizo una pequeña pausa y siguió.-El viaje será caro, no sabemos cuando se producirá la ola ni en que circunstancias, por lo que tendremos que estar todo ese tiempo en Hawai. Además, la ola es peligrosa, de todos los que se han montado en ella, solo han sobrevivido una o dos personas.
Pasado dos semanas Michael y tres amigos que se atrevieron a seguirle (solo sus amigos más veteranos: una chica y dos chicos) se habían estado preparando para la ola.
Una tarde estaban tomando unas cervezas en la casa que tenían alquilada, cuando vieron en el canal de noticias a la enviada especial del tiempo Nancy McWayer, como se estaba preparando un gran huracán al sur de las islas. No tenían tiempo que perder, la ola se aproximaba y si no la cogían a tiempo la perderían y no la volverían a ver en la vida.
Sin importarle a Michael el riesgo, cogió su tabla, la subió al jeep y redirigió al sur. Como las calles estaban desiertas consiguieron llegar rápido a la playa.
La reportera Nancy McWayer todavía se encontraba grabando sus últimas tomas cuando Michael llegaba a la playa y la policía desalojaba a los rezagados. Al dirigirse a las olas, la policía retuvo al grupo pero Michael forcejeó y pudo librarse de los brazos de sus carceleros, que lo persiguieron hasta la playa pero Michael fue más rápido y se metió en el agua.
Mientras tanto, Nancy McWayer y su cámara grababan las hazañas de aquel loco surfista que se dirigía a la muerte. El cámara grababa como una pequeña figura cortaba las olas con experta destreza, a lo lejos el cámara enfocó una gran ola que se acercaba a gran distancia. Era inmensa, le sacaba mucha altura a las demás, debía medir 25 metros y seguía creciendo. Michael la monto por un extremo mientras se dirigía al centro. Debió de estar unos 5 minutos, aunque para él fuera todo una vida. La ola era demasiado para que soportase más y el cámara grabó como esa pequeña figura era absorbida. Días más tarde los cuerpos de salvamento y seguridad empezaron a buscar el cuerpo de Michael pero ni le encontraron a él ni a su tabla.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Muy bien escrito y muy bien llevada la historia (sólo he visto para corregir e lacento en monto). Me gusta. Y con suficiente extensión.