Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 17 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 24 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 1 de mayo: Rosas de piedra.
B, 8 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 15 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 22 de mayo: Los lunes.
A, 29 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 5 de junio: Nunca estuve aquí.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una de detectives

Me enseñó una fotografía de cuando ingresó en el instituto. En la imagen aparecía sentada en una tumbona en el jardín. A su alrededor, florecían girasoles. Era verano. Ella llevaba unos tejanos cortos y una camiseta blanca.
-Señor Tohs, le pido encarecidamente que encuentre a mi hija –me dijo la señora Julia entre sollozos.
-No se preocupe señora, encontraré a su hija como sea –le dije a la señora Julia apretándole las manos.
Tenía que encontrar información, así que me dirigí al ordenador de la policía para buscar algo de información. Sorpresa cuando descubrí que la chica tenía antecedentes penales por posesión y consumo de drogas. ¿Podría ser esta la razón de su desaparición? Tenía que encontrar la persona que se las había proporcionado.
Supuse que las drogas las habría conseguido del camello local, y como era viejo conocido mío, fui a hacerle una visita a su “despacho”.
Geofrey vivía en un barrio de mala muerte, al oeste de la ciudad. El barrio era centro neurálgico del negocio de las drogas y mi “amigo” Geofrey era uno de los muchos pequeños negociantes del polvo blanco.
Geofrey no había cambiado mucho en sus costumbres. Cuando llamé a la puerta me recibió a tiros aunque enseguida cesó al saber que era yo.
-¡Geofrey! ¡Soy yo, no sigas disparando!
-¿¡Quién es yo!? –y volvió a disparar en señal de advertencia.
-¡Soy yo, Tohs! –le repetí- ¡Necesito que me des información sobre una clienta tuya!
-¡Está bien, pasa!
Geofrey me dio paso a su habitación en la que estaba sentado en un sofá con una pistola en la rodilla.
-Hay una chica que posiblemente conozcas y necesito que me digas lo que sepas sobre ella –le enseñé la fotografía que la madre me dio y empezó a producirse un cambio en su cara.
-Verás Tohs, acompáñame a la otra habitación.
Abrió una puerta y ahí estaba un hombre llorando de rodillas a lado del cuerpo de una mujer joven, era su novia. Geofrey me explicó que a la chica le había dado una sobredosis, y el novio, que le había comprado las drogas a Geofrey, se la trajo a él para salvarla.Me acerqué y vi el rostro de la chica, coincidía con el de la fotografía, pero estaba muerta y sin color... .

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Tal vez sea un poco corto para desarrollar bien una historia policíaca. Ma gusta el tono. La expresión del diálogo debe mejorar. Corrige: a si que, Quien, Esta...